Ramón Silvestre Verea García
Ramón
Silvestre Verea García nació el 11 de diciembre de 1833 en San
Miguel de Curantes. Asistió a la escuela parroquial y en 1847 se traslada
a estudiar a Santiago de Compostela, donde suspendió en casi todas
las asignaturas. Abandonó los estudios e ingresa en el seminario, dejándolo
con 20 años de edad.
Embarca hacia Cuba, trabajando allí como maestro y escribe dos novelas
(“La cruz de piedra”, “Una
mujer con dos maridos”) y escribe como periodista en el
diario “El Progreso de Colón”.
Se traslada a Nueva York en 1865, en pleno crecimiento caótico. Allí
amigos suyos reprochan a los españoles haberse quedado atrás
en el proceso histórico del progreso científico y técnico,
de lo que él se daba cuenta al observar la sociedad norteamericana.
Verea decide demostrar que “un español
puede inventar igual que un americano”. En 1878 recibe la medalla
de oro de la Exposición Mundial de Inventos de Cuba, celebrada en Matanzas.
Lo que había inventado era una avanzada máquina de calcular,
precursora de la computadora y la primera que efectuaba las cuatro reglas
matemáticas de modo exacto e instantáneamente y hasta quince
cifras.
Toda
la prensa resaltó el invento, proveniente de un tozudo periodista.
La “Calculating Machine 3” pesaba
22 kg. de hierro y acero y fue patentada el 10 de septiembre de 1878 (nº
207.918) pero no fue comercializada ni Verea continuó trabajando en
ese campo, a pesar de poder haberse enriquecido. Declaró a la prensa
que sólo le movía el afán de contribuir al avance científico
por amor propio y por patriotismo.
Posteriores desarrollos de su trabajo fueron comercializados e inmediatamente
adoptados por la industria y el comercio.
Siguió dedicándose al periodismo, oponiéndose a la política
colonialista de los EEUU, por lo que tuvo que exiliarse en Guatemala y posteriormente
en Argentina.
Falleció, pobre y sólo el 6 de febrero de 1899, de afección
pulmonar, y fue enterrado en el cementerio del Oeste en un panteón
anónimo.
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