Francisco
Barbieri nació en Madrid, el 3 de agosto de 1823, y debe ser citado como
un músico fundamental en la gestación de la Zarzuela y en la Historia
musical española contemporánea. Es el exponente principal del
género grande en la Zarzuela.
Al
ser huérfano de padre, tras abandonar los estudios de medicina e ingresar
en el Conservatorio de María Cristina de Madrid con 14 años, donde
estudiará clarinete, piano, canto y composición, se ganará
la vida, entre 1841 y 1844, como clarinetista del Quinto Batallón de
la Milicia Nacional, actuando en fiestas, como profesor y copista, escribiendo
canciones, valses, pasodobles y el libreto de una zarzuela ("Felipa")
y actuando de corista, cantante, apuntador y maestro coral en compañías
operísticas.
En 1843 deja su ciudad natal y se va de gira con una compañía
italiana por el norte de España, después hará otra por
el sur como director de ópera.
En
1845 es contratado como maestro en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San
Eloy en Salamanca, y como director del Liceo de esa ciudad. Tres años
después es nombrado maestro, socio, secretario y archivero del Liceo
artístico y Literario de Madrid. Colaborará también en
la sección musical de la revista “La Ilustración”,
y será apuntador, traductor y copista de la compañía del
Teatro del Real Palacio en Madrid.
Estrenaría su primera zarzuela ("Gloria y
Peluca") con gran éxito. Y el estreno de “Jugar
con fuego” en 1851 marcará el nacimiento de la zarzuela
grande, de tres actos, y la consolidación del género.
En
1851 será uno de los fundadores de la Sociedad Artística del Teatro
del Circo, destinada a impulsar el género de la zarzuela.
En 1856 inaugura el Teatro de la Zarzuela, donde dirigirá los conciertos
de música sacra. En 1860 es socio fundador de la Sociedad Artístico-Musical
de Socorros Mutuos, organizando en los años posteriores conciertos y
fundando en 1866 la Sociedad de Conciertos junto a Gaztambide, la primera sociedad
sinfónica, que tocaba en el Circo del Príncipe Alfonso.
En esta última dirigirían directores extranjeros invitados de
la talla de Strauss o Saint-Säens, difundiendo la obra de músicos
como Wagner o Beethoven.
Será
también director de dicha sociedad, cofundador de la Sociedad de Bibliófilos
Españoles, miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando por
sus investigaciones musicólogas, director del Teatro Real en 1869 y profesor
de Armonía e Historia de la Música en el Conservatorio de Madrid.
En 1891 es miembro de la RAE. Será también el creador de la revista
“La España Musical”, desde la
cual defenderá sus ideas casticistas.
Porque
Barbieri es el exponente del músico español del siglo XIX, momento
cumbre en la música nacional, que encauza las nuevas corrientes europeas
y las da a conocer, pero supeditándolas a las raíces nacionales,
creando un nuevo paso en la evolución musical española e impregnando
toda su obra de ligereza y frescura frente a las influencias italianizantes
de otros. Es, en definitiva, representante del casticismo, que consideraba que
la zarzuela era la expresión musical española más genuina,
con su folclore campesino y urbano y sus danzas populares. De hecho afirmó
que la zarzuela era la ópera cómica nacional.
Todo ello le avala como un trabajador infatigable y un erudito y entusiasta
de la música. Entre sus más de 70 zarzuelas cabe destacar “Jugar
con fuego” (1851), “Pan y toros”
(1864), sin duda su obra cumbre y eje de todo un espíritu en el seno
de la zarzuela y de la música española, y “El
barberillo de Lavapiés” (1874), esta con libreto de Mariano
José de Larra.
Publicará asimismo obras que comprenden su labor de investigación como musicólogo, diversas composiciones instrumentales y un Cancionero Musical de Palacio de los siglos XV y XVI. Editó las obras de Juan de Encina y es el autor de una fundamental “Reseña Histórica de la Zarzuela”. Se centró sobre todo en la polifonía del Renacimiento español, entonces poco conocida, rescatando las obras completas del salmantino Tomás Luís de Victoria. Murió en Madrid en 1894.
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