Michael Moore

Hoy es un conocido reportero, ídolo de la izquierda y de los llamados Nuevos Movimientos Sociales y las ONG de diverso pelaje por su documental “Bowling for Columbine” (donde de manera tendenciosa aboga por el control de armas) y su oportuno libro “Estúpidos hombres blancos” y su nuevo documental “Fahrenheit 9/11”.

Su aspecto obeso (150 kg.), descuidado y mal vestido, de mediana edad (50 años), lenguaraz y poco agraciado, le ha ayudado a convertirse en el nuevo modelo de militante “cultural” y antiglobalización de la nueva contestación progre de cuña USA antiBush.

Pero como la de otros iconos progres, su obra es producto de la falsedad o la manipulación más descarada.

Falsedad que se traslada a su propia vida personal: este progresista de aspecto dejado tocado permanentemente con una manida gorra de béisbol, viaja en limusina o en avión privado de amigos, rodeado de guardaespaldas, y vive en un apartamento de un millón de dólares en el exclusivo barrio del Upper West Side de Manhattan, y su hija Natalie ha estudiado en los colegios y universidades más caros y elitistas.

Por dar cualquier charla universitaria cobra no menos de 10.000 dólares, y su fama de egolatría, mal carácter y explotación laboral está en boca de muchos ya.

Nacido en Flint (Michigan), de padres irlandeses, su padre trabajó en la General Motors y él recibió una educación católica. Hizo sus pinitos en el mundo del teatro, la radio y la prensa locales.

Con 23 años se fue con su novia Kathleen a San Francisco, donde la habían ofrecido dirigir la revista izquierdista “Mother Jones”, de donde lo echaron a los 4 meses por el mal ambiente que creó en la redacción, pero llevándose 50.000 dólares de indemnización tras el juicio.

De regreso rodó documentales (“Roger&me”, “The Big one”) y series (“TV Nation”, “Downsize This”) contra las multinacionales y alguna película fracasada. Ahora estrena “Fahrenheit 9/11” sobre los supuestos paralelismos entre Bush y Ben Laden, y la obra “¿Dónde está mi país, tio?”.

Pero antes estuvo “Bowling for Columbine”, coincidente con el atentado del 11-S y que levantó airadas protestas en su país, convirtiéndole en lo que es hoy. Rodada en el pueblo de Columbine tras un asesinato masivo protagonizado por adolescentes.

De este documental destacan las siguientes manipulaciones y falsedades, hechas a base de cortar y superponer, cuando no de mentir:

Doble moral, maniqueísmo, egolatría, manipulación e intolerancia, son la tarjeta de presentación del nuevo agresivo icono antibelicista.

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