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HISTORIA DE LA TEORÍA POLÍTICA
George H. Sabine
Ed. Fondo de Cultura Económica., año 1996 (tercera reimpresión), 697 págs.
Índice:
Primera Parte: La teoría de la ciudad estado.
Segunda Parte: La teoría de la Comunidad Universal.
Tercera Parte: La teoría del Estado Nacional.
Obra clásica, y muy completa, que expone
el desarrollo de las ideas de la mano de los pensadores que han conformado
la filosofía política occidental y de los contextos en
que se generaron. Aunque se trata del estudio crítico de la ·teoría
"no puede desligarse completamente de las prácticas (instituciones,
tadiciones políticas, etc...) que se establecen en los grupos
humanos". Explica los fundamentos de la teoría del estado
nacional a partir de la filosofía de Hegel, que pudo ser utilizado
como fundamento último por el nacionalismo. En su capítulo
final nos muestra al nacionalismo como sustrato del Fascismo y
del Nacional-Socialismo, como ideología (o doctrina) "transversal"
que permite dirigirse y formular promesas a cada
sector o grupo, sin caer en contradicción, dentro del marco mítico
de la "comunidad nacional" transmutando la confrontación
de intereses en cooperación; como indica, se trata de introducir
en la vida política el irracionalismo, el mito, la manipulación
inteligente de las masas, la instrumentalización de la educación,
el control (subrepticio) del poder judicial y la impregnación
de toda la vida asociativa de la sociedad. Acertadamente describe cómo,
en el totalitarismo de la "comunidad", el individuo, aparentemente
acogido, encuadrado, envuelto por todas partes, resulta más aislado,
solo y profundamente atomizado que en cualquier sociedad democrática
y capitalista. La actualidad de ésta parte de la obra se sustenta
en que como dice el autor "no existe ninguna garantía de
que no pueda volver a suceder", y, el actual resurgir del nacionalismo
lo evidencia.
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LA SOCIEDAD MULTIÉTNICA. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros.
Giovanni Sartori
Ed. Taurus, año 2001, 139 págs.
Índice:
PRIMERA PARTE PLURALISMO Y SOCIEDAD LIBRE 1.La sociedad abierta ¿hasta qué punto
abierta? 2 Pluralismo y tolerancia. 3 El pluralismo de partidos. 4 El
empobrecimiento del concepto. 5 Niveles de análisis. 6 Tolerancia,
consenso y comunidad. 7 Comunidad pluralista y reciprocidad. 8 Recapitulación.
SEGUNDA PARTE MULTICULTURALISMO Y SOCIEDAD DESMENBRADA. 1 El multiculturalismo
antipluralista. 2 Cultura, etnia yel otro. 3 La política del
reconocimiento. 4 Reconocimiento, acción afirmativa y diferencias.
5 El retroceso de la ley al arbitrio. 6 Ciudadano y ciudadanía
diferenciada. 7 Inmigración, integración y balcanización.
8 Conclusiones. BIBLIOGRAFÍA.
Este breve, y controvertido,
ensayo sale al paso de la oleada multicultural actualmente en boga desvelando
sus ingenuos, o malévolos, fines. El autor contrapone
el "multiculturalismo" frente al "pluralismo" considerándolos
concepciones radicalmente opuestas. Nos indica que la idea de una sociedad
multicultural es atractiva ya que, gratuitamente, presupone una sociedad
abierta en la que se admiten distintas creencias, costumbres, etc...,
y que entre todas ellas reina armonía, tolerancia, convivencia
y comprensión. Pero tal sería s/Sartori una sociedad plural,
no multicultural. El pluralismo funciona sólo cuando cada grupo
no se cierra y aisla en sí mismo como en un gueto, exigiendo
a cada miembro la pertenencia obligatoria, y sin pretender escindirse
del respeto a las leyes del conjunto mediante privilegios y excepciones.
El peligro, con el multiculturalismo, se materializa cuando pasa de
ser un simple hecho, a convertirse en un "valor" y por ende
a crear facción, ideología y una actitud política
que define una configuración de la sociedad compuesta por grupos
culturales cerrados y ajenos entre sí. En tal sociedad desaparece
el individuo y sólo queda el individuo colectivo que prefigura
y determina a todos los que engloba. La voluntad individual es suplantada
por la del representante del grupo de pertenencia, por lo que carece
de significado tanto el concepto de democracia como el de diversidad.
En el proyecto multicultural prevalece la separación sobre la
integración, y la pretensión de "autenticidad"
encubre la realidad de la lucha cultural. El "pluralismo",
por el que aboga el autor, se encuentra entre los términos pervertidos
por las ideologías nacionalistas y por el progresismo posmoderno
al atribuirle el significado de una política que promueve las
diferencias (étnicas y culturales) contribuyendo a su confusión
con el multiculturalismo. El pluralismo realmente presupone la sociedad
"abierta", y el grado de apertura posible debería ser
compatible con la no desintegración de la sociedad, en especial,
con respecto a aportaciones foráneas que explícitamente
rechazan a esa sociedad. No es pluralismo la fragmentación tribal,
el sistema de castas, el feudalismo, el "reconocimento" unidireccional,
las identidades obligatorias y en general toda sociedad basada en etnia,
raza, religión o tradición cultural, es decir, las "sociedades
homogeneizadas". El pluralismo implica vivir juntos en la diferencia
y el reconocimiento recíprocos a todos los niveles y sin identidades
adscritas. Salvo donde hay nacionalismo, que "crea enemigos culturales",
la causa de rechazo a ciertos grupos foráneos no es debida a
la diferencia cultural, sinó a la presencia de elementos excluyentes
en ellos y al "radicalismo cultural", factores que señalan
el límite posible al pluralismo. La prostitución del término
"cultura" y su identificación con etnia, identidad,
etc... permite pícaramente su uso práctico para ocultar
otros conceptos desprestigiados como el de "raza" y también
ocultar las falacias de las políticas del "reconocimiento"
y la "valoración" de las diferencias, que, en realidad,
las "fabrican y multiplican". Como señala, es el multiculturalismo
quien crea las "culturas" y luego las maneja como fuentes
de rebelión con finalidad secesionista. El multiculturalismo
ataca la legitimidad del Estado (que pretende ser ciego a las identidades
culturales y étnicas), propugnando una ciudadanía diferenciada,
desigual y con privilegios relativos entre unos y otros, y así
ha convertido en sinónimos "derechos" y "privilegios".
El multiculturalismo, pues, desintegra la sociedad abierta y la rompe
en sociedades cerradas.
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PERDONEN LAS MOLESTIAS
Fernando Savater
Ed. Punto de Lectura (suma de Letras, S.L), año 2001, 374 págs.
Índice:
Prólogo. La seta. PARTE I: DEL ASESINATO DE MIGUEL
ÁNGEL BLANCO A LA TREGUA. PARTE II: DEL FINAL DE LA TREGUA A
BASTA YA. Despedida.
Este libro recopila escritos publicados por el
autor en el período comprendido entre el asesinato de Miguel
Angel Blanco y la emergencia del movimiento Basta Ya. Aunque
escritos al compás de la evolución de los acontecimientos,
no se centran exclusivamente en el dato o la anécdota concreta
sino en los conceptos generales que la actualidad impone. Denuncia y
rebate los alegatos nacionalistas y manifiesta el compromiso con los
valores democráticos y los derechos y libertades individuales,
pisoteados por el nacionalismo, y expresa el apoyo explícito
al Estado de derecho español frente al proceso secesionista impuesto
por el totalitarismo nacionalista. El conjunto nos brinda una perspectiva
completa y coherente de lo que esa ideología es y representa
en la realidad y no en sus hipócritas victimismos, lloriqueos
y sentimentalismos, que oportunamente esgrimen mientras su rodillo opresor,
con la colaboración y ayuda obtusa de una "izquierda"
claudicante y de los cínicos "equidistantes", avanza
en el establecimiento del poder étnico. Así, nos habla
del miedo (mayor aún que durante el período franquista),
la presión de la intimidación, el asedio, la persecución
de los cargos electos no nacionalistas, y la culminación de todo
ésto con el asesinato, particularmente en Vascongadas donde la
falta de seguridad y de libertad de expresión es más acentuada
que en otras regiones donde la opresión no es menor pero sí
menos visible y escandalosa. Queda patente que el problema de la violencia
máxima, representada por los asesinos de ETA, no es la banda
en sí misma: la causa es el nacionalismo, y aquella, su consecuencia.
La violencia no será sinó el instrumento perfecto para
imponer un diálogo cuya única posible salida sea la paz
entendida únicamente como claudicación y concesión,
que tiene como virtud el ablandamiento de las convicciones y el reclamo
de actitudes supuestamente "pacifistas" que crean desmesuradas
expectativas henchidas de ingenuidad y frecuentemente infiltradas de
nacionalismo. La perenne insistencia e implantación de que las
comunidades humanas son "naturales" y no convencionales, el
determinismo de la pertenencia étnica y en consecuencia la exigencia
de la "comunidad étnica y cultural" como única
comunidad política y como única lealtad y vínculo
posible, rechazando todo otro pese a la relidad histórica y el
mestizaje que se da en España, se magnifica, se consolida y se
propaga mediante la educación donde la escandalosa falsificación
de la historia lleva al fanatismo y al odio étnico y a la interesada
confusión de los derechos humanos, y su supeditación,
a los supuestos derechos de las entidades colectivas. Frente al Estado
democrático moderno, que incorpora por igual a todos los ciudadanos,
vemos erigirse el Estado étnico que, como degeneración
de la democracia, no es ningún avance respecto al Estado heterogéneo,
sinó una reacción a la modernidad y muestra la profunda
incompatibilidad entre nacionalismo y democracia. La España de
las autonomías no refuerza la pluralidad sinó la más
absoluta homogeneidad a escala regional. Lo difícil de la situación
exige a los no nacionalistas mantener los principios a pesar de las
descalificaciones e insultos, y elevar la voz para que el proceso que
está en marcha aquí sirva de advertencia a Europa, que
recientemente, ya ha testimoniado otros excesos nacionalistas.
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El asedio a la modernidad. Crítica al relativismo cultural.
Juan José Sebreli
Ed. Ariel, S.A., año 1992, 377 págs.
Índice:
I-El relativismo cultural, los particularismos antiuniversalistas.
II-El ataque al progreso. III-Primitivismo. Retorno a los orígenes.
IV-El culto al campesino o la arcadia pastoril. V-Del Volkgeist al populismo.
VI-Nacionalismos VII-Asiatismo, orientalismo. VIII-Africanismo,
negritud. IX-Indigenismo, indianismo, el buen salvaje. X-Latinoamericanismo
o el mito de la América mágica. XI-Tercermundismo. XII-¿Una
filosofía de la historia?.
Sebreli, el analista desmitificador argentino desvela
en esta obra el ataque continuado que el relativismo cultural y su influencia
en las ideologías de la izquierda libran contra la modernidad y
el progreso.
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LAS AVENTURAS DE LA VANGUARDIA
Juan José Sebreli
Ed. Editorial Sudamericana SEÑALES, año 2002, 493 págs.
Índice:
1 Del romanticismo al simbolismo. Las primeras vanguardias.
2 Mito y utopía del arte. 3 La fascinación de lo lejano.
4 El arte oculto. 5 Formas alternativas. 6 Totalitarismo y vanguardia.
7 La obra de arte total o la estetización de la política.
8 Los mitos de la arquitectura de vanguardia. 9 El fin de la vanguardia.
Libro imprescindible que desmitifica todas las
vanguardias demostrando que constituyen nuevos academicismos incrustados
en las instituciones y en el establishment. La vanguardia no es rupturista,
ni socava ni erosiona nada, sirve al "modernismo reaccionario",
y es coartada de él; la vanguardia no es la modernidad sinó
el romanticismo antimoderno y antioccidental. La liquidación
de la técnica, el alejamiento del público, su vocación
expresamente elitista, la sustitución de la obra por la teoría
y la muerte del arte, llegan hasta la exhibición reverencial
de excrementos humanos. Demuestra que el romanticismo está en
su base y es la causa de su atracción por lo primitivo y lo irracional
e inconsciente donde, dicen, se oculta la sabiduría perdida de
los pueblos y el origen colectivo de la humanidad< (el
mito de la "catedral" como obra colectiva y espontánea
del "pueblo", o el del buen salvaje, que son falsos, pero
que como mitos ya están en marcha). Nace en Alemania, donde no
hubo Ilustración, y mira hacia la Edad Media como referencia
y punto de partida para la invención de la historia, la nacionalidad
y la raza; todos los nacionalismos beben en esa misma fuente que es
su origen. Evidencia también cómo la atracción
por el pasado se simultanea con la atracción por lo lejano: el
orientalismo, el esoterismo, etc... cuya afinidad se halla en la irracionalidad.
La capacidad de seducción del arte es muy especialmente valorada
por las ideologías totalitarias, que persiguen o postergan a
los disidentes mientras atraen, y subvencionan, a los afectos: ejemplos
de ello encontramos en el nacionalismo alemán, el estalinismo,
o los nacionalismos actuales de nuestro entorno. Denuncia que se ha
mitificado la cacareada, pero falsa, oposición e incompatibilidad
entre el totalitarismo y la vanguardia de lo que tenemos abundantes
ejemplos en España, con personajes que cambian de bando, al soplar
nuevos vientos, y se adhieren a los nuevos totalitarismos nacionalistas
tras haber servido a la dictadura anterior. La aparente contradicción
entre el ansia de tecnología avanzada y sus concepciones tribales
premodernas, se resuelve en el "modernismo reaccionario",
que integra la tecnología en la mitología romántica
y retrógada. Señala también que la ideología
de la "obra de arte total" propuesta por la vanguardia solamente
ha sido realizada por los totalitarismos y persiste entre los nacionalistas
por su caracter disolvente del individuo y por su capacidad de hipnosis
colectiva; la misma ideología se halla en los nuevos movimientos
sociales, especialmente juveniles, cuyos contenidos aparentemente diversos
son profundamente totalitarios. Constata que, pese a quien pese, toda
forma de arte pretendidamente "nacional" y popular, es siempre
el resultado e interrelación entre distintas culturas, es decir
es una expresión del arte universal.
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COMEDIANTES y MÁRTIRES. Ensayo contra los mitos.
Juan José Sebreli
Ed. Debate, año 2008, 255 págs.
Índice:
1 Qué es el mito. 2 Diferencias y similitudes
entre los cuatro iconos. 3 Gardel. 4 Evita. 5 El Che Guevara. 6 Maradona.
7 ¿Fin de los mitos? Notas, Bibliografía.
Tras un breve e imprescindible
repaso a la naturaleza y significados del "mito" examina su
vigencia impulsada por las políticas "del sentimiento"
y por los círculos intelectuales y académicos, de la mano
de los irracionalismos posestructuralistas paradójicamente utilizados
como instrumento de resistencia a la modernidad y a la globalización,
así como por los populismos (modalidad política nuevamente
en auge). La creación, difusión e impacto de los mitos
populares o "ídolos (héroes) populares" (próximos
a los mitos), son vistos como consecuencia directa del desarrollo tecnológico
con su importante impacto en los medios de comunicación, la fuerza
de la imagen, y su impulso globalizador. La irrupción del mito
en la política, y la manipulación por ésta de los
nuevos mitos ya ocurrió con la aparición de los nacionalismos
(el mito histórico), y ahora se da con respecto al mito (ídolo
o héroe) popular, con los mismos efectos fanatizadores y movilizadores,
y surge incluso en las democracias.
Una característica relevante en relación con los mitos
actuales es que estos exigen la "negación de la realidad",
en contrapartida con los mitos clásicos (dioses o semidioses),
lejanos, inaccesibles y fuera de la experiencia de los humanos, mientras
que hoy día sí se saben los hechos verídicos del
ídolo actual, que contradicen sistemáticamente, hasta
el sarcasmo, toda su idealización; sólo
mediante este esfuerzo negador de la evidencia, el nuevo mito puede
significar para cada adorador en particular, aquello que desea encontrar
en él.
Como señala el autor, los mitos contemporáneos proceden
de la "manipulación industrial" de la cultura de masas,
y de la manipulación política ejercida por los líderes
de los movimientos totalitarios y no de la inexistente "conciencia
colectiva" y otros conceptos paralelos como: la psicología
de masas, el alma de los pueblos etc...
Para mostrar la inconsistencia objetiva del mito, o ídolo popular,
se centra en los personajes mejor conocidos universalmente pese a formar
parte de la mitología argentina. Algunos, envejecidos, ya han
perdido la "fuerza" del mito y son piezas de museo (Gardel,
Evita), otro, "el Che", se ha convertido en un mero icono
que se pretende utilizar como símbolo de nuevas actitudes y mensajes
ajenos por completo a lo que encarnó mientras fue "mito"
y aún más alejadas de la realidad de un personaje abyecto;
el cuarto, Maradona, el "mito viviente" es un héroe
popular extremadamente ambiguo, mitificado y desmitificado por unos
u otros, en vida, sólo la tardanza en su muerte puede desbaratar
su fuerza sentimental.
Los cuatro personajes presentan rasgos comunes (pero también
diferencias) que el autor analiza en un capítulo, y que parecen
constituir las condiciones necesarias para la construcción del
mito; destacamos solamente: la importancia decisiva del puro azar en
sus trayectorias (nada de predestinación), los cuatro fueron
lo que fueron y bien pudieron ser, con toda facilidad, cualquier otra
cosa incluso opuesta, la automitificación a partir de un cierto
momento, conscientes ya de su popularidad e influencia, la ocultación
de sus orígenes, y muy fundamentalmente, su muerte prematura
(excepto Maradona). Y aunque las leyendas urbanas tiendan a interrelacionarlos,
los cuatro fueron completamente divergentes.
El estudio de cada personaje constituye una "biografía"
del mito, del proceso de mitificación: circunstancias, hechos
clave, manipulaciones y contradicciones que permiten su descalificación
con dureza, como hace el autor, excepto, sorprendentemente en Sebreli,
con el Che. Si bien no oculta su vergonzosa realidad, el juicio sobre
ese personaje queda en suspenso, incluso nos parece percibir un cierto
"trato benevolente" al admitir (casi sin crítica) su
nula formación ideológica, sus pretensiones de lecturas
profundas en medio de sus correrías y actividades bélicas
en las selvas (sus "relaciones " con Hegel, nada menos), su
insinuación respecto al valor "iniciático" del
"viaje" similar al de la "beat generation" (Kerouac,
Ginsberg,...), de la que estaba en las antípodas, o su final
asimilación al "Cristo"; admite sin destruirlo (como
hace con los otros personajes, con los que es inmisericorde) su entronización
como "héroe romántico" o expresión de
la "ética de la convicción", cuando en realidad,
según los datos que aporta, no fue nada más que un aventurero
oportunista, un asesino en serie que expresaba sin tapujos su avidez
por la sangre y un fantismo propio de los conversos sin fundamentos:
en resumen un impostor repugnante y despreciable. Tal vez Sebreli paga
tributo a su condición de intelectual, como aquellos que, mirando
hacia otro lado estentóreamente, crearon el mito, hoy ya un simple
icono comercial.
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HISTORIA DEL NACIONALISMO
Isidro Sepúlveda
Ed.Santillana, año 1997, 71 págs.
Índice:
Naciones y nacionalismos. Nacionalismo en el siglo XIX.
La segunda fase del nacionalismo. El nacionalismo anticolonialista.
Marxismo y nacionalismo. La última fase del nacionalismo. Documentos.
Debate. Línea del tiempo. Vocabulario. Bibliografía.
Esta breve obra es una excelente síntesis
que con gran exactitud y rigor nos permite acceder, rápidamente,
a una perspectiva completa sobre este complejo fenómeno ideológico
y político. Nos describe la evolución histórica
del Estado y nos conduce al contexto del que surge el nacionalismo como
ideología y como principio de organización y legitimación
del poder político. Un repaso a su expansión nos muestra
la variedad de sus realizaciones y su carácter contradictorio
(particularmente en los procesos de descolonización y sus fases
posteriores) quedando patente su naturaleza camaleónica y sus
relaciones con las demás ideologías vigentes en los s.
XIX y XX a las que invariablemente ha colonizado desnaturalizándolas.
Los contenidos del nacionalismo inicial surgido tras la Revolución
Francesa, evolucionaron rápidamente hacia el nacionalismo integral
(esencialista, identitario y étnico) mostrando su naturaleza
totalitaria. Es, probablemente, la fuerza política que más
ha determinado la configuración del mundo actual, así
como ha provocado las dos guerras mundiales y numerosas otras a menor
escala, los grandes exterminios y las "limpiezas" étnicas,
y tambien ha sido paradigma del cinismo e hipocresía al utilizar
sistemáticamente el discurso de la cultura, la diversidad, y
la "libertad de los pueblos", conceptos que él mismo
pisotea allí donde se hace con el poder. El Estado étnico
es pura barbarie.
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HISTÓRICAMENTE INCORRECTO
Jean Sévillia
Ed. Ciudadela, año 2006, 386 págs
Índice:
1- El feudalismo. 2- Las cruzadas. 3- Los cátaros
y la Inquisición medieval. 4- La España de los Reyes Católicos.
5- Las guerras de religión. 6- El antiguo Régimen. 7-
La Ilustración y la tolerancia. 8- La revolución y el
Terror. 9- La comuna de 1871. 10- Católicos y obreros. 11- La
abolición de la esclavitud. 12- El pacifismo en el periodo de
entreguerras. 13- Fascismo y antifascismo. 14- Resistencia y colaboración.
15- El asunto Pio XII. 16- La descolonización
Esclarecedor trabajo sobre los tópicos y las ideas
prefijadas en la Historia, obra de este periodista y crítico
literario francés. En nuestro país sabemos muy bien el
peso muerto y la manipulación política de lo “históricamente
correcto” de las interesadas y dominantes interpretaciones progresistas.
Es de agradecer el capítulo que trata de la Inquisición,
bien construido y analizado, aunque cabe profundizarlo más. Su
contrapartida francesa es el capítulo de las guerras de religión
en ese país, con las manipulaciones y el falso victimismo de
los agresivos protestantes, con los mismos métodos que los nacionalismos
disgregadores en la España actual.
Sevillia desgrana las etapas de la Historia francesa contemporánea
desvelando las manipulaciones y los intereses tras ellos, no deteniéndose
ni ante la Resistencia ni ante el asunto de Pio XII, tan atacado y tergiversado
por la (anti)Historia “progresista”.
La denuncia de los excesos de las revoluciones francesas y la Comuna,
las conexiones musulmanas con la trata de esclavos, la claudicación
pacifista de izquierdismos frente al nazismo, el mito antifascista,
el antisemitismo “progresista” o las tergiversaciones interesadas
sobre la Resistencia son tratadas sin complejos.
Una obra fundamental para cualquiera que desee conocer la Historia y
ama la verdad.
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LA TOMA DEL PODER POR LOS NAZIS.La historia de una pequeña ciudad alemana.
William Sheridan Allen
Ediciones B, año 2009, 515 páginas.
Índice:
I La muerte de la democracia. II La introducción de la dictadura. III Apéndices.
Esta obra fue escrita originalmente en 1965, y reeditada en el 84 y en la presente edición. El autor intentó en un principio ocultar el verdadero nombre del pueblo y de los protagonistas políticos pero se desveló a los pocos años en la prensa.
Se trata, partiendo de datos concretos y veraces, de sacar conclusiones generales. Y es efectivo. La obra desvela la forma de organización del partido nazi, sus finanzas, la inserción en la vida cotidiana y en las mentes de los ciudadanos, su relación con la oposición, su liderazgo, la infiltración y la lucha contra la religión, el tratamiento de la coacción, el proceso de “coordinación”, y la propaganda, como no había sido analizado hasta entonces.
Socialmente la obra muestra el apoyo fundamental de las clases medias al nazismo pero más que nada por su firme anticomunismo, por su nacionalismo fanático (siempre lo es), y por la inseguridad que les provocaba la actitud socialista, más que por la crisis económica surgida del crack de 1929.
El segundo gran hallazgo del libro es la atomización social y el reencuadramiento que trajo la “coordinación”, es decir el proceso fulgurante que sorprendió a las propias élites dirigentes nazis, de destrucción o nazificación de todo tipo de organizaciones sociales alemanas.
Por último, el partido nazi utilizó novedosos métodos y estructuras de propaganda, centralizadas, adaptables y remuneradas combinadas con una imagen dinámica y moderna, no identificada con el antiguo régimen monárquico.
No obstante, la contradicción entre el discurso integrador y la obligación coactiva terminaron provocando en la población desencanto y conformidad pasiva, actitudes muy alejadas del entusiasmo y adhesión iniciales.
El libro es un relato ameno y detallado que cubre aspectos desconocidos del ascenso del nazismo, muy próximos al de los actuales nacionalismos separatistas en España.
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LA DROITE REVOLUTIONNAIRE 1885-1914
Zeev Sternhell
Ed. Folio (Histoire), año 1997, 602 págs.
Índice:
Introduction. 1 La contestation de l'ordre libéral.
2 Anatomie d'un movement de masse: La Ligue des patriotes. 3Déterminisme,
racisme et nationalisme. 4 L'antisémitisme de gauche. 5 Les structures
de l'antisémitisme. 6 Une droite prolétarienne: les Jaunes.
7 Idéologie, mytologie et structure du mouvement jaune. 8 La
réaction antidémocratique de l'extrême gauche. 9
À la recherche d'une assise populaire: l'Action Française
et le prolétariat.
Traza la historia de las ideologías y movimientos sociales
que se gestan en el contexto de la naciente sociedad de masas. Muestra
cómo, en Francia, se generan y formulan las teorías fascistas
(corporativismo, autoritarismo,...) y la síntesis que da lugar
a la "izquierda nacional" (o socialismo nacional), es decir
el fascismo, y pone de relieve la novedad, que en pocos años
se extendió prácticamente a todos los paises (europeos
y no europeos): la "derecha revolucionaria" (contrapuesta
a la derecha tradicionalista y conservadora), el populismo y los movimientos
de masas. Disecciona la gestación del nacionalismo integral,
una evolución degenerativa del nacionalismo cívico derivado
de la Revolución Francesa, y que es la forma que ha pervivido
hasta hoy. Explica el importante papel que juega el antisemitismo en
la construcción de aquellos movimientos; los socialistas nacionales
descubren su poder movilizador y revolucionario, y considerándolo
como un campo políticamente neutro, sirve como base para rehacer
la unidad francesa y constituye la fórmula popular por excelencia.
El antisemitismo cumple por lo tanto una función de integración
y de movilización: purificación del cuerpo nacional y
punto de encuentro del sindicalismo con el movimiento antisemita, la
"revolución" será nacional, social y antisemita.
El nacionalismo, que pretende integrar a todas las clases sociales,
ve en el antisemitismo al necesario denominador común para un
movimiento de masas contra la democracia liberal y la sociedad burguesa.
El nacionalismo es la ideología del consenso nacional (de ahí
nace la formulación de la doctrina del "haz", el fascio,
s/Valois "nacionalismo+socialismo = fascismo"). La síntesis
entre el sindicalismo revolucionario y el nacionalismo se produce por
aproximación a través del radicalismo extremo, y la violencia
revolucionaria, teorizada por Sorel; ambos son expresiones antidemocráticas
y antiilustradas. El socialismo nacional pervive hoy día, atemperado
en su expresión, pero no en sus contenidos, para adecuarse a
las nuevas formas que el actual contexto europeo impone.
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EL NACIMIENTO DE LA IDEOLOGÍA FASCISTA
Zeev Sternhell
Ed. Siglo Veintiuno de España Editores, año 1994, 418 págs.
Índice:
Introducción: Fascismo como cultura política
alternativa. 1 Georges Sorel y la revisión antimaterialista del
marxismo. 2 El revisionismo revolucionario en Francia. 3 El sindicalismo
revolucionario en Francia. 4 La síntesis socialista-nacional.
5 La encrucijada mussoliniana: de la crítica del marxismo al
socialismo nacional y al fascismo. EPÍLOGO: De la revolución
cultural a la revolución política. Bibliografía.
Este libro analiza en profundidad los elementos ideológicos
y culturales que constituyen el fundamento del fascismo, describe el
proceso de su formación en Francia, y en Italia, donde alcanza
su máximo desarrollo, así como sus diferencias y concomitancias
con el nacionalismo alemán (nazismo), y detalla los factores
que propiciaron su ascenso. Como fenómeno cultural hereda la
reacción contra la Ilustración y la Revolución
Francesa, reacción encarnada por el nacionalismo integral (étnico,
orgánico, culturalista y romántico, en la línea
del nazionalismo germánico) que es el primer componente esencial
del fascismo y constituye su núcleo fundamental. El segundo componente
es la revisión antimaterialista y antirracionalista del marxismo,
compartida tanto por la extrema izquierda como por el nacionalismo antiliberal
(lo que facilitará la aproximación entre ambas corrientes).
Desde finales del s XIX el impacto de la tecnología favoreció
la expansión económica, la demografía, la democratización
de la vida política, el incremento del nivel de vida y el progreso
social, contradiciendo las prediciones marxistas, lo que no favoreció
a la "izquierda", mientras emergía una nueva realidad
social: la sociedad de masas. Todo ello incidía en detrimento
de los "mitos" izquierdistas, y así, en lugar de aumentar
la conciencia de "clase", lo que aumentó fué
el nacionalismo. La persistencia de posiciones revolucionarias en el
Este de Europa se mantuvo dentro de la ortodoxia marxista ,ajena a todo
tribalismo, mientras que en el Centro y Oeste generó esa nueva
forma: el fascismo (el nacionalismo) en el que el "proletariado"
es sustituido por la "nación", y los vacíos
e inoperantes mitos izquierdistas serán sustituidos por los mitos
nacionalistas; de la "izquierda" sólo quedará
el lenguaje. Si bien el sindicalismo revisionista revolucionario dió
lugar al "primer fascismo" que expresó, inicialmente,
el rechazo de los sistemas políticos e ideologías vigentes,
manifestándose anticapitalista, antiliberal y antimarxista, y
erigiéndose como la "tercera vía revolucionaria",
fracasado el socialismo, descubre en el nacionalismo un "foco de
energía y esperanza" del que aprovechará su capacidad
movilizadora y propagandista. La contaminación con el culturalismo
nacionalista y la conmoción de la Primera Guerra Mundial, que
pulverizó los mitos de la izquierda y propició la aproximación
entre ambas corrientes -el patriotismo revolucionario- dió lugar
a la "síntesis fascista", no como convergencia en el
sindicalismo revolucionario, sinó como su completa absorción
y transformación en el nacionalismo. De la llamada "síntesis"
- el socialismo nacional- formulada como: nacionalismo+socialismo =
fascismo, ya en 1923 desaparece el componente socialista, y del sindicalismo
revolucionario no quedó nada pudiéndose hablar ya del
"segundo fascismo". La revolución fascista, como movimiento
nacional, pretende una sociedad comunitarista, antiindividualista, antiuniversalista
(con base en el irracionalismo romántico), es decir nacionalista,
con una economía basada en la propiedad, el beneficio y las leyes
del mercado, esto es, sin romper la estructura económica capitalista,
percibida como la única forma demostrada capaz de generar riqueza
y progreso. El mundo de la cultura y el arte no resultó ajeno
a esa transformación y percepción. Como movimiento político,
el fascismo, allí donde triunfó, resultó tan oportunista
e infiel a sus principios como cualquier otra facción política
sea de izquierda o no.
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POLÍTICA Y CULTURA POPULAR
Jhon Street
Alianza Editorial. año 2000, 259 págs.
Índice:
LO POLÍTICO Y LO POPULAR. 1Pasión, populismo
y política. 2 La cultura popular como política. 3 La política
como cultura popular. eL CONTROL DE LA CULTURA GLOBAL. 4 Alrededor del
mundo: la política global de la cultura popular. 5 La reglamentación
de las ondas: Estado y cultura popular. 6 La cultura popular y la política
local. TORÍA POLÍTICA-TEORÍA CULTURAL. 7 Teorías
culturales de la política. 8 Teorías políticas
de la cultura. 9 La valoración política: entre la condena
y la exaltación. 10 Los placeres de la política. BIBLIOGRFÍA.
El autor sostiene la tesis de que la cultura popular
deviene una forma de la política y, recíprocamente,
la política se realiza a través
de ella, lo que implica que las elecciones,
gustos y preferencias individuales están muy influidos por la
política. Lo complejo de esas relaciones da lugar a diferentes
perspectivas: materialista, idealista, individualista e interpretativa,
y sus concepciones políticas: elitistas y populistas en sus vertientes
conservadoras y radicales, con distintas interpretaciones sobre cómo
debe enjuiciarse todo acto de consumo cultural, que son examinadas
sistemáticamente. La idea de la cultura popular como ámbito
político no ha sido fácil de aceptar por los políticos,
aunque de hecho, la acción política siempre la ha aprovechado,
configurado y, finalmente, gestionado (favoreciendo unas manifestaciones
y dificultando otras), hasta el punto de que, como se pretende demostrar,
los contenidos de la cultura popular dependen de las acciones de las
instituciones políticas y las ideologías que las dominan.
El autor entiende como cultura popular la cultura de masas, su producción,
distribución y consumo (y no una forma espontánea generada
por los sectores más subordinados de la población), caracterizada
además por la gran facilidad en el acceso a ella para la mayor
parte de la población debido a la ausencia de prerrequisitos,
sean educativos, económicos, etc... por oposición a la
cultura "elevada" o elitista. El vínculo entre política
y cultura popular nace de compartir la idea de representación,
del manejo de símbolos y de la ilusión de identidad que
se crea (basado en el papel que los símbolos desempeñan
en la configuración del pensamiento y en las acciones de los
conjuntos de personas, y puede suponerse que la sociedad se sirve de
los recursos culturales que tiene a mano para formar y reproducir esas
identidades), pues, en efecto, la política pretende ser "representación"
y los productos que maneja la cultura popular pretenden ser el reflejo
de los intereses populares. Además, es un hecho el que los modos
de comunicación política, tanto o más que las palabras
o ideas, son los símbolos y los ritos, de ahí que la cultura
popular tenga un carácter ambivalente: como expresión
de sumisión al poder o de oposición al mismo, así
pues, no es sólo la industria quien determina lo que vemos, oímos
o leemos, sinó también la política, en el poder
o en la oposición, que en el terreno cultural adopta intereses
contrapuestos. También analiza la gestión de la cultura
popular en los ámbitos transnacional, nacional y regional, bajo
la perspectiva de la nueva realidad económica, cuando suele denunciarse
la globalización de la cultura popular en manos de las grandes
industrias de los medios; la realidad parece contradecirlo dada la intensa
e interesada influencia de las políticas y los políticos
locales y su incidencia económica, laboral, electoral, etc...(adhesiones,
complicidades, mercados, industria local, etc. a la vez que las grandes
corporaciones buscan talentos y productos por todos los rincones creando
polos de interés). Finalmente el hecho es que la cultura no sólo
refleja intereses sinó que también genera sentimientos
(y los moviliza) aunque de una forma compleja y adoptando una posición
de mediación entre lo público y lo privado: configura
y es configurada por los intereses políticos y de ningún
modo es el resumen de toda la historia pasada (como pretenden algunos
sectores del nacionalismo). Las corrientes populistas sostienen que
así como los políticos son representantes del pueblo,
la cultura popular expresa deseos populares, y la "voz del pueblo"
forma parte de la retórica legitimadora; éstas identificaciones
son las que utilizan los fundamentalismos y los sistemas totalitarios
(como el nacionalismo) que se amparan en particulares versiones del
"pueblo" y por lo tanto de la voluntad particular, aunque
realmente, el pueblo, "no es, se hace" como producto de la
política y de los políticos mediante el manejo de los
mitos del pasado y de los miedos al futuro. El nacionalismo penetra
y laborea este campo aprovechando su influencia en sugerir la imagen
de identidad y sentimientos a través de imágenes y símbolos
presentando en términos culturales el uso político de
los mismos (p.ej. la lengua) para fabricar la idea de "identidad
nacional" donde no la hubo jamás, así se invierten
los papeles y se logra inducir la idea de una identidad y comunidad
previa mediante la difusión de los mitos del pasado, propios
y ajenos, pues la "nación" se forma contra el "otro"
exacerbando diferencia y alteridad, que aunque sean falsos su influencia
no es menor; la nación se forma mediante representaciones culturales,
y en esa ideología concreta, es notorio que la lucha por el control
de la cultura es previa a la lucha por el control del Estado.
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