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BRÈVE HISTOIRE DU FASCISME
Renzo De Felice
Éditions Audibert, año 2002, 159 págs.
Índice:
Préface par Pierre Milza. Avant-propos par Claudio Siniscalchi. Les années de jeunesse. Le fascisme au pouvoir. L'assassinat de Giacomo Matteoti et le retrait sur l'Aventin. La construction de l'é tat totalitaire. L'antifascisme et les exilés. La politique étrangère du fascisme. Fascisme et nazisme. De la non belligérance à l'intervention. De la "guerre parallèle " á la guerre allemande. Salò et la "guerre civile". Glossaire et index des principaux noms.
De Felice es una autoridad mundialmente reconocida en éste tema y autor de una monumental obra sobre Mussolini y el período negro. Sus extensísimos estudios documentales le llevaron a destruir la mitología que una progresía interesada (en lavarse la cara y justificarse) había levantado al respecto, lo que provocó unas airadas campañas propagandísticas de descalificación y amenazas de muerte al autor. Pero lo incontrovertible de sus datos y evidencias ha hecho que cada vez más sus tesis estén siendo ampliamente aceptadas.
Esta brevísima narración no está enfocada a ahondar la polémica. El fascismo, en Italia, está íntimamente ligado a la trayectoria personal de Mussolini, primero marxista, luego atraido por el sindicalismo revolucionario y finalmente por la cuestión nacional, dejada de lado por el socialismo revolucionario.
Desde sus inicios Mussolini mostró una capacidad notable para el contorsionismo y adaptación a la realidad política, lo que le permitió alcanzar el poder y mantenerse en él en complejas circunstancias que se dieron. Sus posiciones fueron contradictorias y en general exentas de escrúpulos: antimonárquico, antiliberal, anticlerical, antibelicista, revolucionario e insurreccional, y todo lo contrario cuando sus estrategias o las circunstancias lo requerían. Pese a todo, durante mucho tiempo mantuvo su capacidad para movilizar, e incluso entusiasmar, a las masas pero siempre cuidando de no perder el control de las mismas. Sus grandes errores vendrían después.
El fascismo, como movimiento, se forjó entre los sindicalistas revolucionarios, los ex combatientes y los futuristas (novimiento artístico vanguardista radical) organizándose inicialmente como "Fasci di combatimiento" pero resulta difícil percibirlo como un movimiento unitario y suele hablarse de "los fascismos". A ello contribuía la propia actitud del "líder " declarando el movimiento como antidoctrinario y dinámico. La cuestión ideológica inconcreta, la falta de un programa y la distinta inclinación de las distintas facciones (agrarias, urbanas, revolucionarios, sindicalistas...) dificultaron siempre una verdadera unificación (o normalización), lo que resultó profundamente problemático para los contínuos virajes pol íticos de Mussolini, que se solían saldar con grandes polémicas y desgarros.
De Felice nos describe los distintos bandazos puramente oprtunistas que tuvieron lugar, y así podemos distinguir el primer fascismo (o fascismo "histórico" según el autor) agresivo y revolucionario y el fascismo que realmente existió: "fascismo mussoliniano" carente por completo de las características del anterior con el abandono de la perspectiva revolucionaria, la relegación del sindicalismo y una progresiva derechización (al incorporar elementos de la clase media y la burguesía) y especialmente con la integración de los nacionalistas (nacionalismo integral de tipo germánico) aspectos que se fueron acentuando con la llegada al poder (mediante pactos y coaliciones) y la conservación de las instituciones (monarquía, ejército...), el car ácter de las cuales fue variando progresivamente. Con todo ello, el fascismo perdió impulso y atractivo y la frustración de los anhelos revolucionarios fue un foco constante de tensión, y de descontrol.
Según De Felice, ni se logró la realización del "Estado fascista" ni el "Estado totalitario", por lo que es difícil situar el caso italiano en la misma línea que la URSS o Alemania. En Italia, el Partido fascista (PNF) ocupó siempre una posición muy secundaria y subordinada al Estado. La "fascistización" de las estructuras del Estado fue pura apariencia.
El autor nos muestra con claridad el proceso, plagado de errores, por el que el régimen se fue acercando a Alemania (más bien cayó en su trampa) partiendo de posiciones de intensa enemistad, alianza que nunca fue asumida ni por el partido ni por la población. Pero habiendo perdido Mussolini su capacidad e influencia como mediador entre los dos bloques, Italia fue quedando progresivamente aislada, y las fulminantes victorias alemanas así como su expansionismo agresivo, infundió un profundo miedo en el régimen que creyó oportuno tomar partido en favor de los nazis. El desastre militar produjo una grave crisis en el régimen que entró en una dinámica de disgregación. En ese contexto el Consejo Fascista depuso a Mussolini, tras lo cual tanto el propio Consejo como el Partido desaparecieron por completo. El resto no fue más que la agonía de la forzada República Social, bajo tutela alemana, en cuyo gobierno se daba toda clase de mezclas políticas, y que desembocó en una especie de guerra civil en la que la población escasamente participó; los partisanos pese a la mitificación posterior jamás atrajeron a la población que se mantuvo bastante indiferente en estas luchas.
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NACIONALISMO Y ETNICIDAD. LA TRÁGICA MUERTE DE YUGOSLAVIA
Bogdan Denitch
Ed. Siglo XXI, año 1995, 220 págs.
Índice:
Introducción: La pertinencia de la muerte de
Yugoslavia. 1 Antecedentes esenciales de Yugoslavia. 2 Qué sucede
cuando etnos se convierte en demos. 3 Transiciones turbulentas: las
sociedades poscomunistas en crisis. 4 El nacionalismo como némesis
de las alternativas democráticas. 5 No hay democracia sin universalismo
ni modernidad. 6 Nacionalismo, globalismo y democracia. 7 Resumen personal.
8 Posfacioel nacionalismo étnico realmente existente. Bibliografía.
Este libro apartándose de los textos académicos
sobre el nacionalismo, que acostumbran a analizar los diversos movimientos
que históricamente se han producido bajo esa denominación
sin evidenciar la única realidad actualmente existente, se refiere
a la ideología nacionalista actual: el nacionalismo étnico
o nacionalismo integral. Aborda el tema desde la perspectiva de Yugoslavia,
y su destrucción, como consecuencia de la exacervación política
de los nacionalismos para su movilización mediante la manipulación de la realidad. Presenta también
un punto de vista más amplio sobre las inquietantes y amenazadoras
crisis de análoga naturaleza en las sociedades ex comunistas
trayendo a la memoria un sinnúmero de casos y situaciones completamente
(y voluntariamente) ignoradas u olvidadas, y de un modo general también
sobre las plurales sociedades industrializadas occidentales, amenazadas,
a su vez, por la misma ideología.
Con el ascenso del nacionalismo constata, entre otras: las dificultades
de los sindicatos para expresar intereses de clase, sustituidos éstos
por intereses étnicos (como ocurre en nuestro país con
algunas confederaciones llamadas sindicales, y la fragmentación
de las organizaciones mayores), el ansia de lograr estados étnicamente
homogéneos que cierran el paso a la noción de ciudadanía,
los problemas que plantean los trabajadores inmigrantes, forzados
a contribuir al mantenimiento del sistema de pensiones en poblaciones
envejecidas y que al propio tiempo les rechazan, las complejidades,
paradojas y callejones sin salida, a que llevan las políticas
de la "identidad" y sus derivados "derechos colectivos"
y de autodeterminación que lentamente se van infiltrando en el lenguaje
cotidiano, etc... Con todo ello se evidencia el serio obstáculo
que esa ideología representa para el mantenimiento, establecimiento
o transición a la democracia en muchas partes del mundo, y que
nacionalismo y democracia son, de hecho, incompatibles, pues aquel niega
la diversidad real y la destruye mediante las limpiezas o la subordinación
y negación absoluta ante los inexistentes, e inventados, "derechos
nacionales irreductibles" e innegociables (en algunos casos íntimamente
conectados o inmersos en fundamentalismos religiosos, y en otros insertos
en la llamada nueva izquierda, tan vacía y retórica como
la vieja, y en plena crisis moral y desorientación). El renacimiento
de estos tribalismos, el neofascismo, con cuya exigencia de asignación
étnica arrasan la libertad individual, parece imparable dada
la inexistencia de ningún discurso que se les oponga abiertamente.
Finalmente, denuncia las aberraciones y excesos del nacionalismo "realmente
existente", previniendo cualquier intento de camuflarlo con referencias
históricas al nacionalismo liberal, ya inexistente, ni a los
movimientos de descolonización. El nacionalismo "realmente
existente" es enemigo de la libertad personal, de la democracia,
y de las sociedades plurales (cuya única posibilidad se fundamenta
en la igualdad social y la abolición de las discriminaciones:
la indiferencia a las diferencias étnicas).
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TEORÍAS DEL NACIONALISMO
Gil Delannoi y Pierre André Taguieff
Ed. Paidós, año 1993, 474 págs.
Índice:
1 La teoría de la nación y sus ambivalencias
(Gil Delannoi). 2 Naciones e Ilustración, filososfías
de la nación antes del nacionalismo: Voltaire y Herder (Gil Delannoi)
3 Lógicas de la nación (Alain Renault) 4 El nacionalismo
de los "nacionalistas". Un problema para la historia de las
ideas políticas en Francia (Pierre-André Taguieff) 5 Nacionalismo
a la francesa (Pierre Birnbaum) 6 Los modelos explicativos del origen
de las naciones y del nacionalismo (Christophe Jaffrelot) 7 Etnicidad,
nación y contrato social (John Crowley) 8 Viejos imperios, nuevas
naciones (Benedict Anderson) 9 El nacionalismo y las dos formas de cohesion
en las sociedades complejas (Ernest Gellner) 10 La "legitimación
dualista", matriz del nacionalismo étnico (Anthony Smith)
11 Hacia una comprensión científica del nacionalismo y
del desarrollo nacional: la aportación crítica de Stein
Rokkan (Karl Deutsch) 12 El retorno del bastón, sobre la ascensión
del nacionalismo (Isaiah Berlin) 13 El Estado-nación (Edgar Morín).
Reunión de una serie de textos de diversos
analistas en los que se diseccionan las concepciones que fundamentan
el nacionalismo como ideología y como religión laica del
mundo moderno. Los textos presentados son relevantes para comprender
las diversas filosofías de la nación y la construcción
de esa ideología. No se trata de una clasificación con
base histórica de los nacionalismos como movimientos políticos,
sinó de los conceptos básicos tal y como aparecen a un
observador exterior, y de los puntos de vista que los propios nacionalistas
suelen sostener, es decir, aquello que el nacionalismo dice ser. Consecuentemente
no se ocupa de lo que el "nacionalismo realmente existente"
es en su acción política, sus efectos prácticos,
sus motivaciones internas, ni sus consecuencias sociales.
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NACIONES DIVIDIDAS
Juan Díez Medrano
Ed. Centro de Investigaciones Sociológicas, año 1999, 267 págs.
Índice:
Abreviaturas. Prefacio. INTRODUCCIÓN UN ENFOQUE
ANALÍTICO. 1 La construcción del Estado en la Península
Ibérica. 2 Crisis fiscal. Centralización y rebelión.
3 Industrialización capitalista. 4 Modelos de desarrollo y reacción
tradicionalista. 5 Nacionalismo vasco 1876-1936. 6 Nacionalismo catalán
1876-1936. 8 El contexto social de la movilización nacionalista.
9. El nacionalismo v asco tras la guerra civil. 10 El nacionalismo catalán
tras la guerra civil. 11 Estructuras políticas y nacionalismo
en la España democrática. CONCLUSIÓN: Una explicación
revisada.
En el marco de la realidad plural de los Estados, de las actuales corrientes migratorias
que generan nuevas manifestaciones xenófobas, y de la enunciada
(y no discutida) "crisis del Estado", se ha creado una atmósfera
de "crisis de identidad" y de conflicto etnico y lingüístico
(fomentada frecuentemente desde instancias institucionales) que se resuelve
en el renacimiento de movimientos nacionalistas arrancando de movilizaciones
de tipo cultural, que se politizan, y definen objetivos secesionistas.
No obstante se constata que no en todas partes surge el fenómeno
nacionalista, y la explicación debe circunscribirse a cada caso
concreto y sus trayectorias históricas, que ponga de relieve
no sólo las bases económicas y sociales sinó también
la importancia decisiva de los procesos políticos. El libro se
ciñe al caso español y los nacionalismos catalán
y vasco cuyas similitudes, y especialmente, sus diferencias, trata de
explicar. Ambos se producen en las regiones que con el advenimiento
de la modernidad, en las circunstancias históricas que se dieron,
quedaron situadas a la cabeza del desarrollo y acumularon la mayor riqueza.
Si el nacionalismo vasco procede de un sustrato tradicionalista y fundamentalista
religioso, y anida en clases medias en descenso (pequeña burguesía,
el mundo rural y sectores rentistas), el catalán, también
con base tradicionalista, se materializa en el movimiento y movilización
cultural que prende en las clases medias ascendentes (fundamentalmente
urbanas: comerciantes, profesionales, y también, rurales); el
autor halla su explicación no en los niveles de desarrollo alcanzados,
sinó en el "modo" de desarrollo. En ambos casos, constata
la ausencia, en ese movimiento, de las oligarquías locales y
de la clase obrera. Tras la guerra civil ambos movimientos prácticamente
desaparecen, y cuando resurgen, con la democracia, conservan las misma
diferencias de carácter (estrategias, tácticas, factores
de éxito) que tuvieron antes, si bien, el nacionalismo se fundamenta
en las mismas ideas, concepciones y objetivos. Se estudian comparativamente
ambos movimientos para explicar el origen y causa de esas diferencias
y el distinto grado de aceptación y apoyo "popular"
que en ciertas zonas exhibe el separatismo, violento, o no. El autor
desarrolla la tesis de que la movilización nacionalista es consecuencia
de dos conflictos simultáneos: conflicto con el Estado del que
forman parte y el conflicto interno con la propia población que
pretenden abarcar, en cuyo interior, no homogéneo, una parte
de ella se opone al nacionalismo. De hecho, según constata, se
trata de "naciones divididas". En cualquier caso la causa
básica del fenómeno nacionalista estaría en el
sobredesarrollo comparativo, en la relación entre la estructuras
socioeconómicas y la diversidad política y en la consiguiente
pugna política. Termina analizando las posibilidades, y la dudosa
conveniencia, para que esos nacionalismos consigan la independencia
democráticamente, teniendo en cuenta la incertidumbre económica
y los procesos de integración europea, por lo menos en ausencia
de una grave crisis económica o del hundimiento de las instituciones,
aunque el régimen autonómico (que inicialmente fué
concebido para apaciguar la tensión nacionalista, pero cuyo efecto
ha sido el opuesto) juega a favor de ello ya que produce un enorme debilitamiento
de los lazos de cohesión del país actual.
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LA MUNDIALIZACIÓN
Olivier Dollfus
Ed. Bellaterra, año 1999, 125 págs.
Índice:
Introducción: el sentido de la mundialización.
1 Puntos de vista, enfoques metodológicos. 2 El mundo en sus
emplazamientos. 3 Permanencia de los lugares y cambio de sentido. 4
Distancias y emplazamientos. 5 Niveles preponderantes y
grandes áreas. 6 Los agentes en los campos de la mundialización.
7 Para comprender la mundialización. Viaje a algunos lugares.
8 De lo local a lo mundial. Conclusión: ¿Una transformación
del mundo?.
Este libro presenta un conjunto de datos y descripciones
que nos permiten conocer las múltiples realidades y vinculaciones
que se dan tras lo que se ha denominado la "globalización"
(mundialización) permitiéndonos desmitificar los estereotipos
y simplificaciones que con voluntad manipuladora se suelen utilizar. Para algunos pretende significar uniformización,
negativamente considerada, pero indiscutiblemente tambien es debilitación
de barreras, difusión de los avances técnicos y el incremento
de la concienciación en la participación en valores comunes
a toda la humanidad. El hecho es que, tras el fin de la guerra fría,
se han intensificado hasta unos niveles antes desconocidos las interrelaciones,
los intercambios y las comunicaciones dando lugar a perturbaciones,
a todos los niveles, entre las poblaciones, los Estados, regiones y
continentes, con la consecuencia de que se homogenizan ciertos aspectos
de la vida, mientras se mantienen (e incluso se acentúan) una
gran diversidad de situaciones que, por otra parte, no suponen ninguna
dificultad para el intercambio; la "nueva" economía
se adapta fácilmente a esa diversidad. Pese a los peores augurios
relacionados con la generalización de la economía liberal,
y sin que ello signifique que no deba producirse un cambio de paradigma,
por el momento, la demografía crece (se piensa que la población
mundial no ha alcanzado aún el nivel de estabilización),
la esperanza de vida también, el problema del hambre en el mundo
está más relacionado con la distribución que con
la producción, los problemas medioambientales inherentes a la
creciente actividad humana aún no están decisivamente
caracterizados y en conjunto los cambios se producen por doquier con
mayor rapidez que nunca con lo que, en algunos aspectos, los localismos
resultan obsoletos. Al mismo tiempo se sigue acentuando el proceso de
concentración urbana, y se constata la localización del
poder financiero y del control estratégico de
las decisiones, emergiendo de ello un sistema de redes de riqueza entre
núcleos relacionados en medio de amplias extensiones subalternizadas.
Esta encrucijada altera la significación de las divisiones
históricas erosionando, por una parte, el papel de los Estados,
pero realzándolo en otros aspectos. Inevitablemente se generan
agudos desfases y la desigual distribución del crecimiento lo
que estimula nuevamente la acción disgregadora de los nacionalismos
para la conquista o defensa de privilegios y situaciones de ventaja.
El malestar, y la oposición, que todo esto produce, es la expresión
de la dificultad, miedo, y resistencia en la adaptación al cambio,
tanto por parte de las poblaciones como de las instituciones, y según
parece caracteriza un posible período de transición a
un nuevo sistema.
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NATIONS et NATIONALISMES.
Les dossiers de l'etat du monde
Ed. La Découverte, año 1995, 185 págs.
Índice:
17 De quoi parle-t-on? 27 L'État-nation, histoire
d'un modèle. 39 Le nationalisme et la catalyse idéologique.
49 Nation et citoyenneté, un couple d'associés-rivaux.
61 Nation et démocratie, un couple naturel? 67 Quelques théories
de la nation. 83 Les contradictions de l'autodétermination. 87
Ethnicité et identité en Afrique. 95 Bolivar, Marti, Castro...
libération et nationalisme en Amérique Latine. 102 Le
mythe national arabe enquestion. 108 Les croates,
les "Musulmans" bosniaques, les Serbes et la question de l'État-nation.
114 Burundi, Rwanda: des ethnies inventées? 121 Transcaucasie:
terre, territoire, et identité nationale. 127 Nationalisme et
antinationalisme. Le débat sur l'identité francaise. 136
Japon: une conscience nationale ébauchée dès l'âge
féodal. 141 L'Afrique du Sud en marche vers une identité
nationale? DOCUMENTS. ANNEXES.
La idea nacional desde su aparición ha
ido evolucionando rápidamente modificando sus contenidos. En
el presente, el nacionalismo realmente existente, además de alejarse
notablemente de su concepción inicial, constituye una ideología
totalitaria, sectaria y excluyente, ampliamente descalificada por la
mayoría de estudiosos y analistas tras las dos guerras mundiales.
Obviamente, también encuentra defensores, cuyas llamadas confunden
contenidos, historia y manipulación, hasta hacer aparecer todo
hecho nacional como el resultado de la aplicación de los supuestos
nacionalistas, a su vez todos equivalentes, y hasta afirmar las tesis
primordialistas que sostienen la naturalidad de las naciones y niegan
el carácter construido, fruto de la manipulación interesada,
de las etnias (las etnoculturas) y por lo tanto la preexistencia de
las naciones y de la "conciencia de una identidad" con las
que ocultan su obsesión por los "signos nacionales de identidad".
El conjunto de artículos y documentos que recoge ésta
obra expone una selección de temas para la reflexión y
la correcta situación del asunto en sus contextos histórico
y político: los diversos aspectos que adopta entre los antiguos
estados (en Europa occidental), y las nuevas y difíciles realidades
que emergen tras los procesos de descolonización, en la ex-URSS,
y en los mundos árabe e hindú. La agitación nacionalista,
que proviene del hecho de que el modelo de estados-nación actuales
realmente no cumple los requisitos de la concepción nacionalista
para los grupos humanos, y el "repliegue identitario" se constatan
en la exacerbación del etnicismo, del culturalismo, del diferencialismo,
de la xenofobia y de fundamentalismos religiosos (en particular del
islamismo), responsables directos de genocidios y limpiezas étnicas
de distinto grado de violencia e intensidad en diversas partes. El nacionalismo
resurge, en su forma actual, favorecido por la desaparición de
la URSS, como reacción contra los procesos de mundialización
(aunque en algunos casos es su mejor aliado en la destrucción
de Estados), frente a la debilitación de fronteras en los intentos
de construir realidades supranacionales, y frente a los intensos fenómenos
migratorios, aspectos en los que los estados nacionales,
con sus prácticas proteccionistas, aún constituyen una
referencia necesaria.
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La GUERRA de la INDEPENDENCIA.
Gérard Dufour
Ed. Historia 16. Información e Historia S.L., año 1999, 197 págs.
Índice:
Introducción: La España
de 1808. I De Aranjuez a Bayona: el primer reinado de Fernando VII.
II El Dos de Mayo. III Las renuncias de Bayona y el levantamiento nacional.
IV La Asamblea de Bayona y la Constitución de 1808. V El primer
reinado de José I. VI La intervención directa de Napoleón.
VII El rey intruso y sus partidarios. VIII La lucha armada contra los
franceses. IX De la Junta Central a las Cortes de Cádiz: la Revolución
española. X Elaboración y aplicación del sistema
constitucional. XI La vuelta del Deseado o la Revolución frustrada.
Conclusión: la España de 1815. Textos y documentos.
Y lo imprevisible ocurrió. Pese a la compleja situación
social española, con complicadas líneas de cruzamiento
entre intereses económicos y políticos de la sociedad,
el autor consigue una lograda síntesis descriptiva que pone en
relación con el escenario europeo y las estrategias de Napoleón.
Es ese tablero de juego, España no podía quedar al mergen
del conflicto. Las infames intrigas en el seno de la familia real, por
otra parte dóciles a los deseos de Napoleón, y de los
sectores políticos alrededor del poder, facilitaron
sus maniobras. El cambio dinástico que pretendía Napoleón,
impulsado por su odio a los Borbones y sus planes estratégicos,
se encubría con la valoración negativa (y cierta) de lo
nefasta que aquella familia resultaba para España, proponiendo
la dinastía títere de José I como un verdadero
cambio de régimen ilustrado. Este fue un intento constante de
Napoleón para ganarse al pueblo español (supresión
de la Inquisición, de los derechos feudales, de los inactivos
eclesiásticos, etc...), pero el hecho es que ni ellos ni los
afrancesados lograron convencer a la población. Frente a estas
maniobras surge la "Nación", encarnada por el pueblo
("ciego y necio vulgo cuyos hechos de Mayo debían ser
sepultados en el eterno olvido " según el Obispo de
Guadix) que no sólo se opone a los franceses sinó a todas
las autoridades españolas (civiles, eclesiásticas y militares)
que se someten o colaboran con ellos en una auténtica rebelión
popular. Lo que empezó como un simple motín, y su consiguiente
represión, se extendió. La animosidad contra los franceses
se habia incrementado conforme la ocupación proseguía
debido a los pillajes y abusos de las tropas imperiales. No se trató
de un levantamiento unitario; región por región tuvo su
especificidad pero en todos los casos de un mismo signo. Las Juntas
Supremas siempre manifestaron una voluntad de unión, que no obstante
resultó algo difícil de gestionar. La sociedad se vió
confrontada consigo misma: quien no estaba contra los franceses estaba
con ellos. Así se empezó a dibujar un telón de
fondo revolucionario.
El autor no desarrolla una crónica de episodios bélicos,
se centra en las grandes líneas de la campaña, sus consecuencias,
su análisis político y la extrema dureza de la misma ("una
guerra de aniquilamiento"). Examina el desarrollo bélico
en dos grandes aspectos: la guerrilla y la guerra tradicional (ejército
español y sus aliados angloportugueses frente al ejército
josefino y el imperial). En la polémica actual respecto al papel
de la guerrilla, indica que ambas acciones resultaron complementarias,
y el papel de la guerrilla resultó esencial a juzgar por la documentación
disponible respecto a las declaraciones de los mariscales franceses
y del propio Napoleón, mientras la historiografía inglesa
tiende a menospreciarla e incluso a considerarla negativa.
El vacío de poder que subsiguió al levantamiento fue cubierto
por la formación de las Juntas y su encabezamiento por "jefes
naturales" que en cierto modo expresaban la "voluntad popular",
si por una parte, todo ello, y las estructuras que se iban creando,
representaban una ruptura con el Antiguo Régimen, es también
cierto que en su seno coexistieron las corrientes ilustrada y servil,
o liberales y conservadores. La obra de las Cortes de Cádiz,
fue la Constitución de 1812, que si bien suponía una ruptura
y la introducción de la democracia en España (aunque limitada)
contenía la suficiente ambiguedad como para acoger a sus propios
enemigos. La Constitución fue bien acogida por las elites de
la Nación y se fue extendiendo a medida que se liberaban los
territorios. Hacia el final del conflicto, Fernando VII, el objetivo
mítico de la sublevación, no aceptó los cambios
políticos ocurridos en España. A su regreso, los serviles
se alinearon con él para la demolición de la Constitución
(el " manifiesto de los Persas"). Como el autor nos
señala, Fernando VII actuó con cautela esperando el momento
apropiado para derogar la Constitución. Los sucesos en Francia,
la restauración borbónica, vinieron en su ayuda. Tampoco
el ejército se opuso, y el 10 de Mayo de 1814 se produjo el desenlace.
Según el autor, la contrarrevolución logró hacerse
popular gracias a la falta de conciencia política del pueblo.
La vuelta del Antiguo Régimen reinstauró también
a la Iglesia como aparato ideológico del Régimen (Trono
y Altar) y el inicio de los crueles procesos de depuración lanzados
por el "Deseado". Los posteriores intentos de recuperar la
Constitución abrieron la única vía posible: los
pronunciamientos (el primero fue el de Porlier, fusilado). Este fue
el resultado de 6 años de durísima lucha.
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L'ESPAGNE: un modèle pour l'Europe des régions?
Gérard et Jean-François Dufour
Ed. Folio-actuel Ediciones Gallimard, año 2000, 238 págs.
Índice:
I La reconstruction de l'État de droit. II Une
économie dynamique. IIIUne société entre deux époques.
IV L'explosion culturelle. V Nation et nationalismes. VI Quels enjeux
pour l'Espagne du XXième siècle?
Describe los enormes cambios que ha
experimentado España, transformándola desde el país
más cerrado de Europa, durante la dictadura tradicionalista,
en un país plenamente moderno e inserto en la dinámica
del resto del continente. La transición por una parte puso fin
al aislamiento, abrió paso a la democracia, a la alternancia
política, a la renovación de las estructuras económicas
(y con ello al aumento en el nivel de vida), y por otra inició
la descentralización del poder a unos niveles que sobrepasan
ampliamente a los de cualquier otro país europeo, generando expectación,
dudas, y una gran incertidumbre. Constata que ese proceso ha dado lugar
a un fraccionamiento de la sociedad que alienta a las aspiraciones secesionistas
potenciadas por el terrorismo, y por el contrario no ha producido ninguna
mejora en la corrección de las profundas desigualdades territoriales
ni en la gestión de los recursos. Señala que los límites
de la cohesión nacional peligran seriamente de ser sobrepasados
y constituyen un toque de atención a todos los paises de Europa
que observan atentamente el proceso. Si los resultados económicos
globales, que resume con claridad, son encomiables, resulta inquietante
el interrogante que plantea la distribución del poder nacional
entre los poderes autonómicos (creados por la Constitución
de 1978, y que ellos mismos denostan), y, en particular las perspectivas
inciertas que proyecta sobre ( y para) la constitución de Europa,
aunque, como mirada exterior, alejada de la cotidianeidad asfixiante
de los nacionalismos, mantiene una esperanza optimista.
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